martes, 22 de enero de 2013

160 / REMEDIOS PARA LAS EXPLOSIONES PREMATURAS

160 / REMEDIOS PARA LAS EXPLOSIONES PREMATURAS
La prevención de las enfermedades por medio de la intervención de terceras personas profesionales se ha vuelto una manía. La demanda por ella está creciendo. Las mujeres preñadas, los niños sanos, los trabajadores y las personas ancianas son sometidos a chequeos periódicos y a procedimientos para diagnósticos que cada vez se vuelven más complejos. Mientras esto se lleva a cabo, la gente ve fortalecida su convicción de que ellos son máquinas cuya duración depende de un proyecto social. Una revisión de dos docenas de estudios muestra que esos procedimientos para el diagnóstico no tienen impacto sobre la mortalidad y morbidez. De hecho, transforman a la gente sana en pacientes ansiosos, y los riesgos para la salud asociados con este aventurado diagnóstico automatizado pesan mas que cualesquier beneficios teóricos. Irónicamente, los serios desórdenes asintomáticos que sólo esta clase de ocultamiento puede descubrir son frecuentemente enfermedades incurables en las cuales el tratamiento prematuro agrava la condición física del paciente: pero Némesis supera hasta la tortura final.

Hasta cierto punto la medicina moderna estaba interesada en la ingeniería terapéutica el desarrollo de estrategias para la intervención quirúrgica, química o de comportamiento en las vidas de la gente que está enferma o que pudiera llegar a enfermarse. Como parece que estas intervenciones no resultan más efectivas sólo por-que se vuelven más costosas, un nuevo nivel de ingeniería para la salud está siendo introducido a empujones en el primer plano. Los sistemas para la sanidad ahora son predispuestos a favor de la medicina curativa y preventiva. Nuevos sistemas para la sanidad son propuestos a los cuales se les daría preferencia en apoyo de la administración sanitaria del medio ambiente. La obsesión en la inmunidad da lugar a una higiene de pesadilla. 

Así como el sistema para brindar salud falla continuamente al tratar de satisfacer lo que de él se requiere, las condiciones que ahora se clasifican como enfermedad bien podrían pronto ser clasificadas como una desviación criminal. La imposición de la intervención médica podría ser reemplazada por una reeducación obligatoria o por el juicio crítico de uno mismo. La convergencia de la ingeniería higiénica individual y del medio ambiente amenaza ahora a la estirpe humana con una nueva epidemia en la cual la explosión prematura de medidas contrarias es absorbida dentro de la plaga. Esta repugnante sinergia de las funciones técnicas y no técnicas de la medicina es lo que yo llamo atormentadora Némesis médica o higiénica.